domingo, 5 de agosto de 2012

"En algún momento en la vida se aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma. Se aprende que el amor no se apoye en alguien y que la compañia no es la seguridad. Uno empieza a aprender que los besos no son contratos y los regalos no son promesas. Empiezas a aceptar tus derrotas con la cabeza alta y con los ojos abiertos la gente, con la gracia de un adulto y no con el dolor de un niño. Uno aprende a construir todos tus caminos en el hoy porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes. Así que plantar la decoración de tu jardín y tu alma en vez de esperar a que alguien envíe flores". Veronica A. Shoffstall

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